Vino y arte. Arte y vino. Dos términos muy distintos con un fuerte vínculo en común: ambos han estado presentes en todas las etapas de la historia de la humanidad. Sería muy disparatado afirmar que no habría arte sin vino. Ni vino sin arte. Ya que cada cual ocupa un papel relevante en los capítulos de nuestra evolución.
Lo cierto es que vino y arte siempre han avanzado de la mano. Todos estaremos de acuerdo en que destacadas obras de arte han nacido bajo los efectos de este respetado brebaje. Como también compartiremos la idea de que el vino en sí mismo, puede llegar a ser puro arte. ¿Por qué creéis que invertimos tanto en comprar vinotecas de calidad, sino?
¿Qué es arte? Arte… es vino
Pero dejemos a un lado los embriagadores efectos creativos causados por el alcohol, que todos conocemos. Vino y arte han ido de la mano desde el principio de los tiempos – también – por otra sencilla razón: su belleza.
Como decíamos, el ser humano es capaz de comprar vinotecas con el único fin de deleitarse contemplando su majestuosa colección de botellas de vino. Un gozo reservado para algunos bolsillos que, a menudo, encuentran en la insinuación un placer mayor al del consumo. ¿Y qué es el arte sino contemplación?
Vino y arte en 5 obras famosas
Y precisamente para ser contemplado, han sido muchos los artistas que han optado por incluir el vino como centro magnético de sus obras. Vino y arte en una misma pieza que no puede transmitir otra idea que la de alegría o euforia. O así lo muestran populares creaciones como, por ejemplo:
- El triunfo de Baco (1629) de Diego Velázquez (conocida como Los borrachos)
- La merienda (1776) de Francisco Goya
- Vaso de vino y bote (1904) de Salvador Dalí
- La botella del vino (1922) de Pablo Picasso
- La botella de vino (1924) de Joan Miró
Vino y arte fusionado en un mismo objeto, con personalidad propia. A veces, cubista, otras surrealista o barroca. Incluso con algunos toques festivos de romanticismo campestre. Fuera como fuese, los grandes nombres del siglo XX sabían bien cómo combinar vino y arte sin necesidad de comprar vinotecas.
Haciendo historia entre vino, lápices y pinceles
Solo teníamos que dejarnos caer por alguno de los míticos salones vanguardistas de la capital, como el Café Colonial o el Pombo, para ver como artistas e intelectuales dejan volar su imaginación junto a una hermosa y placentera copa de vino.
Pensamientos espontáneos de genios que después materializan en un lienzo con un pincel. O en una libreta, con un lápiz. Escenas inmortales de vino y arte fruto del improvisado ingenio, que plasman a la perfección aquella frase del escritor francés François Rabelais. ”El vino es lo que más ha civilizado al mundo”. O no…
Lo que sí es cierto, es que necesitas comprar vinotecas para disfrutar del arte del vino en la tranquilidad y comodidad de tu hogar. Rodeado de genios o agradables amigos y familiares, qué más da. La cuestión es regocijarse juntos de una buena copa de vino, mientras hablamos de arte, el tiempo o los trapos sucios de la vecina del cuarto.
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