Lo más habitual es que el vino tinto sea el tipo de vino que más abunde en el interior de las vinotecas. Y es que son bien sabidos los amplios beneficios que posee tomar vino tinto con moderación.
Y, para las mujeres, una de las ventajas que podría tener el vino tinto es la de prevenir el cáncer mama. ¡Te explicamos por qué!
Los datos que arroja un estudio de la revista FASEB Journal
Tal y como concluye un estudio de la revista FASEB Journal, el resveratrol, que es un componente del vino tinto, podría impedir el desarrollo de las células responsables de crear el cáncer de mama.
La investigación afirma que el resveratrol puede al impedir el crecimiento y el modo en la que los estrógenos se combinan con el ADN para desarrollar las células tumorales y transformarlas en malignas.
Los experimentos que se han estado llevando a cabo han demostrado que el resveratrol realza los efectos de la rapamicina, que es la medicina que se emplea en los tratamientos para combatir el cáncer. Así, con el resveratrol, los tratamientos se vuelven mucho más efectivos.
El resveratrol, clave en los estudios de prevención del cáncer de mama
El resveratrol es un antioxidante que se encuentra en algunas variedades de plantas. Y, en gran medida, en la piel de las uvas rojas. Es por ello que el vino tinto cuenta con una proporción nada desdeñable de resveratrol en su esencia.
Este ingrediente destaca por sus propiedades antienvejecimiento. Asimismo, se suele emplear cuando el cáncer de mama se hace completamente resistente a las terapias hormonales.
Y es que el cáncer de mama constituye el 16% de los cánceres femeninos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una cifra que impulsa la investigación para lograr encontrar sus causas y posibles curas.
Sin embargo, debes saber que para que el resveratrol y las otras propiedades beneficiosas del vino se mantengan intactas, tienes que conservar tus botellas de vino en condiciones óptimas.
Por ejemplo, la temperatura a la que estén tus botellas debe ser la apropiada para la variedad de vino que sea. Y, en la medida en la que sea posible, esta temperatura ha de ser constante, sin cambios abruptos que puedan perjudicar la esencia de tus vinos.
