Estamos muy habituados a ver las botellas de vino en los estantes de los supermercados o en las vinotecas de los restaurantes y bares. Pero, ¿cómo se prepara el vino? ¿Cuáles son las fases por las que pasa hasta acabar en una botella con etiqueta?
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El proceso inicial
El cultivo de la vid es un proceso crucial para poder obtener uvas de calidad con las que poder hacer buenos vinos.
Una vez que se han seleccionado las uvas con las que se hará le vino, estas se ponen en la prensa y en el estrujadero con el objetivo de lograr el tan preciado mosto de uva.
Para que el azúcar natural presente en el mosto se transforme en alcohol, se le debe añadir levadura. Esta es la fase conocida como fermentación, que se lleva a cabo en barricas.
La temperatura de la fermentación
Cuando el vino está en las barricas, los controles de temperatura son de obligado cumplimiento para garantizar su óptima fermentación. Por ejemplo, en el caso del vino tinto, la temperatura para que se produzca la fermentación debe situarse entre 30º a 35º. Asimismo, el tiempo de fermentación suele ser de 10 días.
Otro aspecto importante es que durante esta fase hay que drenar el tanque. ¿Por qué? Para airear el vino, ya que el oxígeno ayuda a la levadura a agilizar la fase de fermentación.
Controles
Cuando el vino se está fermentando, es imprescindible hacer seguimientos diarios que garanticen que la fase se está ejecutando sin problemas.
Gracias a los controles se puede detectar cuando se acaba la fase de fermentación: que es en el momento en que los azúcares están en niveles muy bajos y cuando la graduación alcohólica está entre el 11% y el 14%.
A continuación, el vino debe bombearse, para que se mezcle bien y, luego, proceder a su filtrado con el fin de eliminar posibles partículas que se hayan generado.
La última fase: el embotellado
Algo crucial en esta fase es evitar que entre el oxígeno en la botella, porque agria el vino. Además, el color de la botella ayuda a conservar el vino, ya que la luz puede afectar al sabor del vino de forma negativa.
Pero el proceso no finaliza aquí. Y es que el vino, una vez en la botella, sigue envejeciendo y experimentando algún cambio.
¿Qué te ha parecido el proceso de elaboración del vino? Como ya hemos explicado, técnicamente, el vino tiene un proceso infinito. Y es que, incluso una vez embotellado, continúa envejeciendo.
Por eso, para no interrumpir este proceso, debes ser consciente de la importancia de llevar a cabo un proceso óptimo de conservación del vino.